9.12.11

Hipo G / Pensar el problema en tiempo de crisis

Eduardo Serrano Muñoz, Málaga, Diciembre 2011


Fase terminal de la modernidad: parálisis mental y abandono de la lucidez y el coraje éticos. Como muestra la incompetencia y arrogancia de la economía convencional, cómplice necesaria de la depredación más letal de la historia; pero también lo son los demás saberes institucionalizados, (¡como la arquitectura/urbanismo, ay!), pues comparten las mismas premisas epistémicas, muchas ya inservibles, y parecidas servidumbres.
Si el problema es el pensamiento, probemos a pensar el problema,... problemáticamente:

  • Problematizar el modo en que están planteados los problemas aparentemente irresolubles (como las paradojas lógicas, proposiciones bloqueadas en el seno de su propia enunciación). No hay soluciones, pero sí superación tras haberse abandonado la manera en que ese problema tenía sentido e interés en un cierto contexto histórico. Los problemas no se resuelven, sólo se desplazan (Foucault).
  • Construir las condiciones para que surjan otras maneras de pensar; propiciar la vida de la invención, que prolifere, circule y se hibride libre de cercamientos.
  • Pragmatismo y desconfianza en recetas, modelos teoremáticos y respuestas únicas. No es la teoría la que desbloquea el pensamiento, son las prácticas y los acontecimientos que surgen en la acción. A la vez exige la excelencia técnica; por eso se nutre de saberes de todas las clases.
  • La problematización es crítica y autocrítica, involucra al pensador y a su pensar problematizador. 
  • Si el poder no es tanto manejo de las fuerzas como de las relaciones entre ellas (otra vez Foucault), el pensamiento problemático empezará cuestionando las relaciones, y sólo después fijará la atención en los términos relacionados.
  • Su creatividad proviene del indeterminismo, igualmente creativo, de cada situación singular, que por naturaleza es compleja e irreductible. 
  • El futuro, como todo lo demás, ha sido confiscado, aunque siempre algo brota. Es el momento de descubrir eso que todavía no tiene nombre ni número, esos hechos ajenos que nos esperan. 
  • La situación es de extrema urgencia, pero el pensamiento problemático no se aviene con las prisas. Es difícil y su éxito no está garantizado; pero a menudo sólo consiste en desvelar lo que ya sabemos.
  • Junto a lo real y a lo posible surge una tercera opción, lo imposible-posible, lo imposible como posible.
Comentarios
 
joRGe_bonITo:ventana
La ventana que se abre no es de lo imposible sino de lo posible, pero eso imposible a llegar es lo que propicia el avance:
Contra la orientación, la estabilidad, el conocimiento, la seguridad…
Desorientación, inestabilidad, asombro (camino hacia el conocimiento).
Más vale ciento volando que pájaro en mano.
CHILLIDA, Eduardo. Escritos. Nacho Fernández (coordinador). Madrid: La Fábrica, 2005. 18.

Marina: Stay hungry and be creative
Problematizar para redefinir, ¿qué? ¿Cuáles son los objetos y sujetos?
Problematizar formas, tipos y hábitos de la arquitectura establecida (consolidada) para identificar posibles nuevos modelos para reflejar el cambio y las mutaciones de las características de la vida humana.
Problematizar signos de la ciudad.
Parámetros y códigos objetivos con los que definir los problemas son necesarios para desarrollar interpretaciones creativas y originales.

ADA: “It is high time to light up the stars again” (Apollinaire)
“It’s not because things are difficult that we do not dare, it’s because we do not dare that they are difficult” (Seneca). In a time of pragmatism and technology, while we are under the illusion of knowing everything (even the future), young people should re-learn how to dream by changing their way of thinking and acting promptly in order to make possible the impossible: the world of tomorrow is in their hands.

PaquilloDubois:¿Ahora qué?
Vivimos en una época donde lo único que existe es el presente. Es algo que nos viene impuesto, que difícilmente podemos cambiar ya. El sistema era una barra de hierro que se estaba oxidando y cada vez estaba más podrida hasta que finalmente se partió. Vivimos en la época del presente. ¿Y ahora qué?


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