Enrique Naranjo Escudero, Sevilla, Noviembre 2010
Es curioso que mientras la ciudad histórica se disfraza de moderna, la arquitectura contemporánea se traviste de antigua. Probablemente ninguna de ellas sea la forma correcta de abordar la construcción de la ciudad contemporánea. Sin embargo, prácticamente toda Europa se disfraza de modernidad y en su continua búsqueda de renovación hipócrita, en su lucha por seguir siendo un mito de la antigüedad, es capazde insertar en sus ciudades históricas múltiples focos de destrucción urbana.
En este intento de búsqueda de sí misma, en Europa no se destruye nada, porque pretende (re)construirse. Sin embargo, sólo las ciudades donde esa reconstrucción ha sido real, porque en su momento se alzaron sobre una tabula rasa, han sido capaces de encontrar ese equilibrio que les permite ser ciudades del siglo XXI. Berlín y Rotterdam tras la 2ª Guerra Mundial, y Barcelona, gracias al Eixample, son claros ejemplos de esa evolución natural que, de forma darwiniana, permite a la ciudad crecer dejando atrás la arquitectura más débil y desarrollarse a partir arquitecturas más evolucionadas y de mayor calidad, independientemente del momento de su construcción. Edificios históricos conviviendo simbióticamente con los máximos exponentes de lo contemporáneo, quizás porque se mueven en un conglomerado de modernidad constante.
Probablemente después de Aldo Rossi no se conciba la ciudad sin historia, aunque quizás mucha gente viva sin historia sin inmutarse. Por eso la ciudad del siglo XXI debería afrontar la globalidad desde lo local. La ciudad darwiniana es capaz de seguir mutando, pero siempre es consciente de su historia, y no sólo no la cambia, sino que la utiliza en su desarrollo evolutivo sin pagar a cambio el precio de convertirse en su esclava. La ciudad travesti, por el contrario, no evoluciona de forma natural. Mientras en la ciudad darwiniana actual los edificios se renuevan como un bosque, es decir, eliminando los árboles defectuosos y aprovechando el lugar que dejan para plantar uno nuevo, en
la ciudad travesti, los árboles antiguos y enfermos se disfrazan de nuevos. Se disecan por dentro, muriendo definitivamente, y se pintan por fuera. La arquitectura travesti funciona así. Intenta simular situaciones y confunde al ciudadano, el cual cree que vive la ciudad moderna, mientras disfruta de una fiesta de disfraces.
Es curioso que mientras la ciudad histórica se disfraza de moderna, la arquitectura contemporánea se traviste de antigua. Probablemente ninguna de ellas sea la forma correcta de abordar la construcción de la ciudad contemporánea. Sin embargo, prácticamente toda Europa se disfraza de modernidad y en su continua búsqueda de renovación hipócrita, en su lucha por seguir siendo un mito de la antigüedad, es capazde insertar en sus ciudades históricas múltiples focos de destrucción urbana.
En este intento de búsqueda de sí misma, en Europa no se destruye nada, porque pretende (re)construirse. Sin embargo, sólo las ciudades donde esa reconstrucción ha sido real, porque en su momento se alzaron sobre una tabula rasa, han sido capaces de encontrar ese equilibrio que les permite ser ciudades del siglo XXI. Berlín y Rotterdam tras la 2ª Guerra Mundial, y Barcelona, gracias al Eixample, son claros ejemplos de esa evolución natural que, de forma darwiniana, permite a la ciudad crecer dejando atrás la arquitectura más débil y desarrollarse a partir arquitecturas más evolucionadas y de mayor calidad, independientemente del momento de su construcción. Edificios históricos conviviendo simbióticamente con los máximos exponentes de lo contemporáneo, quizás porque se mueven en un conglomerado de modernidad constante.
Probablemente después de Aldo Rossi no se conciba la ciudad sin historia, aunque quizás mucha gente viva sin historia sin inmutarse. Por eso la ciudad del siglo XXI debería afrontar la globalidad desde lo local. La ciudad darwiniana es capaz de seguir mutando, pero siempre es consciente de su historia, y no sólo no la cambia, sino que la utiliza en su desarrollo evolutivo sin pagar a cambio el precio de convertirse en su esclava. La ciudad travesti, por el contrario, no evoluciona de forma natural. Mientras en la ciudad darwiniana actual los edificios se renuevan como un bosque, es decir, eliminando los árboles defectuosos y aprovechando el lugar que dejan para plantar uno nuevo, en
la ciudad travesti, los árboles antiguos y enfermos se disfrazan de nuevos. Se disecan por dentro, muriendo definitivamente, y se pintan por fuera. La arquitectura travesti funciona así. Intenta simular situaciones y confunde al ciudadano, el cual cree que vive la ciudad moderna, mientras disfruta de una fiesta de disfraces.
Comentarios
eduardo: Cuestiones de método
Es interesante la hipótesis de que las 
ciudades que han tenido que reinventarse son capaces de seguir el ritmo 
de la historia. Pero más que en la arquitectura tendría sentido 
plantearlo como asunto del imaginario colectivo. Habría que estudiar 
otros casos, Varsovia, por ejemplo, o ciudades de reciente fundación. 
¿Pero por qué términos como tabula rasa, evolución natural o darwiniana 
que hoy parecen un tanto desgastados?
Marina: Retrofitting urbano
Hoy,
 más que nunca, la evolución de la ciudad debe hacer frente a los 
recursos y a la imposibilidad de continuar el desperdicio de terreno. La
 ciudad se transforma, allí donde se puede utilizar lo que ya existe. La
 modernización urbana, por ejemplo, podría ser un intento del hombre de 
forzar la evolución “darwiniana” de los edificios; algunos edificios son
 elegidos y mejorados, adaptados a los tiempos permitiéndoles la 
supervivencia.
Massimiliano: Selección Innatural
Haussmann
 convirtió la ciudad en espacio de representación. Sobre sus fachadas se
 escenifican una y otra identidad en busca de una legitimación 
heráldica. Siendo la historia una práctica del presente, todo los 
tiempos se proyectan sobre el nuestro. Entonces la epopeya edificatoria 
berlinesa no es más darwiniana que la Ringstrasse o un PAU. La selección
 natural urbana no procede por demoliciones y construcciones, sino como en naturaleza: por adaptación y mutación.
Sinám: Permuta temporal
La
 ciudad como desfile de carnaval donde cada uno interpreta un papel 
efímero, versus, la ciudad como ecosistema con su propia cadena 
alimenticia de edificios, que propicia la evolución y la honestidad 
consigo misma.
más información: http://www.hipo-tesis.eu/numero_hipo_g.html

 
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