18.10.11

Hipo J / El capital relacional

Rafael Reinoso Bellido, Málaga, junio 2011

¿Dónde se encuentra el umbral de relacionalidad?, ¿cuánto potencial relacional oculto no se manifiesta?... ¡¡cuántas cosas y cuánta gente no se conocen, por culpa del urbanismo y de la arquitectura!!...

No es lo mismo conexión que relación, a veces, precisamente, son lo contrario: desconexión es también relación. Conexión queda más próximo al proyecto de las trazas y la articulación de las funciones, mientras relación ha de entenderse como una cualificación conexional. Conexión para comunicarse, relación para “tocarse”. En nuestros territorios virtuales y físicos hay muchos dispositivos conexionales, pero no es
frecuente verlos desarrollados con eficientes dispositivos relacionales…


El “arte” de organizar funciones y espacios es trascendente, decisivo, para el potencial de oportunidades de individuos y comunidades. Éste reside de manera muy destacada en el azar, pero sobre todo en el capital social disponible, determinando en proporcionalidad el número de opciones sobre las que construir un itinerario de vida. Este capital social, aparte de aquel que se hereda, se produce y reproduce en buena medida en el medio en el que nos desenvolvemos, especialmente el urbano. El poder, el capital, la ideología, el arte, las celebraciones, etc… tras tanta virtualidad necesita atarse en tierra: La Bastilla y los bulevares de París, Tianannmen, Wall Street, Time Square,…



Si es posible valorar esto, ¿cuánto cuesta precisamente eso?, ¿cuánto vale la dificultad del territorio arquitectónico y urbano en generar relacionalidad?, ¿cuánto vale un beso que no se da?, ¿cuánto vale una iniciativa que no emerge por falta de complicidades?, ¿cuánto vale una idea que no se mueve?, ¿cuánto vale un amigo que no conoces?...

Esa idea de valor inmueble del territorio sin valor de cambio que produce rentas permite entender como capital, también, una consciente cualificación del espacio que favorezca lo relacional, con su componente emocional y su vocación de permanencia, incluso también de su probable reproducción.

¿Puede, pues, en ausencia de cualificaciones relacionales producirse descapitalización?

El potencial relacional de un territorio ya no reside hoy de manera exclusiva en el escenario físico, como ya sabemos, pero mi respuesta es sí. El futuro éxito de muchos edificios, ciudades y territorios depende del cuidado en activar los dispositivos que faciliten acumulaciones de capital asociadas a lo relacional, nfluyendo decisivamente en las plusvalías y las rentas del suelo.

Comentarios
apineda: Espacios humanos
Urbanización y globalización, despersonalización y deshumanización de las relaciones sociales. Redes virtuales sustituyen a redes presenciales. La paradoja de un mundo con hiperinflación de conexiones y de informaciones en el que predominan las separaciones, el aislamiento de lo cercano. Repensar la arquitectura y el urbanismo para hacer compatibles y complementarios algunos pares dialécticos: identidad local vs. mentalidad global, eficacia científica vs. relación humana.

cavillare: Nueva realidad
La creación y mantenimiento de estos espacios de relación, donde las personas se comunican, se conocen e intercambian ideas y experiencias, resulta absolutamente fundamental en la nueva realidad, cada día más virtual e hiperconectada que nos disponemos a vivir.

Julián: Capital Relacional / Capital Social
El “Capital relacional” en este texto creo (puedo estar equivocado...) tiene una relación muy cercana con la idea de Capital social. Estoy de acuerdo con el autor en el gran valor que tiene esta idea para el óptimo funcionamiento de nuestra sociedad, es sorprendente y preocupante que más atención no sea dedicada a buscar formas de abordar este tema desde un punto de vista urbanístico y arquitectónico, ¿qué sería de nuestra ciudad si la generación de Capital social (o relacional) fuera su principal objetivo?

Aspasia: Dos y dos no son cuatro
En el proceso de construir ciudades hemos olvidado la esencia de éstas: sus habitantes. Las relaciones existen, no son palpables pero están latentes. Un territorio es escenario de la historia del hombre y de su fuerza transformadora. Mantiene propiedades originadas en tiempos remotos, junto a otras más recientes:
es algo vivo. De nada serviría establecer un valor estático. La ciudad es reflejo de sus habitantes y esto no es un resultado matemático.

más información: http://www.hipo-tesis.eu/numero_hipo_j.html

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